Hoy no te
traigo rosas,
no encontré
las que te gustan,
las que había
eran blancas,
todas muy
llenas de espinas.
Mas encontré
estas gardenias
rojas como el
vino tinto,
llenas de
aroma y dulzura,
que recuerdan
a tus labios
cuando me
besan y aturden.
Te las pondré
en un florero,
que las
muestre y den su aroma
a todo tu
entorno y al mío,
que al
mirarlas pienses en mi
recordando mi
cariño.
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