Nada hay más alegre que su mirada,
ella me transforma en un hombre nuevo,
tiñendo de azul dorado mi cielo,
mudando mi amor en una venada.
Tan loco es este querer por mí amada,
que lo que la envuelve pica mí celo,
y no encuentro descanso ni consuelo,
hasta que la sueño con la almohada.
Cariño tan fuerte antes no he sentido,
en mí vida de idilios ya pasados,
por eso me encuentro comprometido.
Contratos, leyes, dejo a los letrados,
déjenme que siga mi amor uncido,
con dos corazones entrelazados.
6 comentarios:
que redondito te quedó, muy lindo. saludos
Gracias por dedicarme parte de tu tiempo, leyéndome y poniéndome esas letras.
Me alegra que te gustara.
Saludos cordiales.
Letras que consigues cargar de sueños románticos, de deseos y anhelos.
Como siempre mis aplausos
Bicos
Muchas gracias Ana, por perder parte de tu tiempo leyéndome y dejándome tus amables palabras.
Un racimo de bicos para ti.
Espectacular soneto, hermano. Apasionado, intenso y siempre transmisor de esperanza. Fue un gustazo leerlo. Dejo un abrazo, y mi sincera admiración a la sencillez con que tus versos llegan al lector.
Muchas gracias Dante, es una gran alegría saber que lo ves así y te gusta, agradezco también tu visita y esas amables palabras.
Un abrazo, compañero.
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