No hay noche sin ella,
ni mañana anhelante
que no añore su sonrisa,
porque soy el guardián
de su recuerdo, de su alegría.
Los días son solo notas del calendario,
notas vacías de citas, que sin embargo,
recuerdan las fechas sin su presencia.
Fechas marcadas por la humedad
de la nostalgia caída sobre ellas,
fechas al albur del tiempo que corre
como diapositivas de una serie
de historias enlazadas con el signo afectivo.
No hay noche sin ella,
ni mañana sin un despertar anhelante,
porque mientras guardo su recuerdo,
veo su sonrisa que todavía hace emerger la mía.
ni mañana anhelante
que no añore su sonrisa,
porque soy el guardián
de su recuerdo, de su alegría.
Los días son solo notas del calendario,
notas vacías de citas, que sin embargo,
recuerdan las fechas sin su presencia.
Fechas marcadas por la humedad
de la nostalgia caída sobre ellas,
fechas al albur del tiempo que corre
como diapositivas de una serie
de historias enlazadas con el signo afectivo.
No hay noche sin ella,
ni mañana sin un despertar anhelante,
porque mientras guardo su recuerdo,
veo su sonrisa que todavía hace emerger la mía.
6 comentarios:
Esos recuerdos que quedan atrapados "enguedellados" diría yo en la memoria de los afectos, son, al mismo tiempo, ráfagas de vida y de pérdida, pero siempre, mientras permanezca esa sonrisa, creo que son algo que merecerá siempre la pena guardar.
"no hay noche sin ella", precioso ser el "guardián" de un recuerdo que permanece tan anclado.
Bicos.
Las cicatrices, esas que no se borran, son capaces de atesorar para siempre lo vivido.
Gracias por estar siempre comentando mis versos Ana.
Bicos
Amigo mío:
Sé que me alargaré un poco con mi comentario, pero tu poema, hermosísimo, me recordó una canción de Alejandro Filio, (ya sabes cuánto me gusta), así es que te dejo la letra y un link. El link va acompañado con paisajes gallegos.
Un abrazo y un te quiero mucho
AUNQUE NO ESTAS
(Alejandro Filio)
http://www.youtube.com/watch?v=b8m0VwoPBvY
Desperté y el silencio supo a ti
y al abrir la ventana supe más
supe que la mañana se podía recortar
para enviarla en un sobre a donde sueles despertar
qué maneras extrañas tengo para recordar.
Desperté y respirando comprendí
que detrás de un milagro vienes tú
hace tantos inviernos que no puedo rescatar
al adiós que en el tiempo nos partió por la mitad
tú del brazo el viento y yo mirándote volar.
Qué maravilla es poder sentirte aunque no estás
siempre supe que en el viento te podías quedar.
Las historias hermosas son así
nos prometen de lejos ser verdad
le pedimos al tiempo que les traiga por acá
y al final en un sueño suelen ser casualidad
a la vuelta del corazón volvemos a empezar.
Como nube la dicha nos llovió
sin saber hasta donde caminar
y a tu mundo pequeño le inventaba una canción
delicada y perfecta como alma de caracol
tú dormiste y la luz después del día nos cegó.
Pilar, muchas gracias por este comentario y por las vistas de mi tierra que con la canción me conmovieron haciendo vibrar las fibras de mis sentimientos.
No importa que se alarguen los comentarios, pues como puede verse hay sitio de sobra y donde no se ve aún hay más.
Bicos
Atesora, pero no te recrees en esa cicatrices. Constuye cosas nuevas, aunque sean cicatrices nuevas, pero sigue...
Precioso bu poema.
Bicos
Gracias por tu consejo Almudena, trataré de seguirlo.
Me alegra que te parezca precioso mi poema.
Bicos
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