Cobíjate en mi arrullo amor
aunque no estés dormida,
porque así te daré el calor
que necesita tu vida.
Seré tu sosiego en la noche
curándote bien la herida,
para no tenerte afligida.
Mas si mi soledad te tomara
no habría quién me bajara
de lo alto de esa cima.
Porque eres tú a quien quiero
a quien yo amo mi amiga,
aquella por la que muero
a quien dedico esta cantiga.
Ilustración copiada de Internet
2 comentarios:
Hermoso poema, muy cálido, muy contenedor.
Felicitaciones!
Un abrazo grande!
Muchas gracias Pilar, por tu generoso comentario, me alegro de que te gustara.
Bicos
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