Te pienso y noto
que te has ido alejando de mí
o tal vez no sea
así y soy yo el que ha ido perdiendo sitio
en esta relación
pasajera con billete solo de ida,
miro el
retrovisor y solo alcanzo a ver el vaho
o esa bruma que
envuelve al espejo, dejando imperceptible
la pequeña imagen
del recuerdo más vivo, quizás cercano,
y no hay brillos
ni luces que materialicen sombras.
Una visión normal
del que nada tiene y la mente le engaña,
por el insano
egoísmo de creer que alguien puede ser de uno,
por la inocente
creencia de “yo te doy y tú me entregas”
no, no funciona
así, es la entrega total sin percibir nada a cambio,
entonces, nada
puedes reclamar y sin nada quedas, probablemente...
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