He decidido vestir el día,
con las mejores imágenes que conservo de ti,
así entre ternez y ternura observarte
como si pudiera verte, como si te tuviera aquí.
He ilustrado este día,
con todas tus fotografías y sonreí viéndote
sonreír.
Hoy he dibujado tu rostro en mi día,
adornándolo con las melodías que hablan de ti,
sublimando mis sentidos para apreciarte mejor.
Creció mi ánimo como nunca lo había hecho,
recordando cada instante vivido a tú lado,
extrañándote
y sintiéndote próxima en cada retrato que iba
viendo.
Parecía que el tiempo que había vuelto atrás no
corriera
y se me hizo noche sin apreciarlo,
sin percibir la existencia de los minutos y
segundos,
pues solo tenía presentes las horas de tu
compañía.
Quizás perdí el sentido o tal vez quedé dormido,
porque amanecí mirando tú sonrisa y me sentía
feliz.
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