Diseño un rojo
expeditivo que dañe la vista,
para que no
puedas observarme a escondidas,
pero pinté de
verde las ventanas,
para que te veas lozana en medio de la naturaleza,
incluso dejé que
la lluvia dejara sus huellas,
en finísimas gotas
que tapizan la hierba
y permiten ver el
arco iris luciendo,
marqué de azul
ultramar mis viajes,
porque sé que te
da alegría su tono.
Programé un
amarillo que se va dorando,
desde que amanece
hasta ponerse el día,
pues sé que
aprecias esas puestas de sol
y no dejaré que
nadie borre la luna de tú firmamento.
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