No puedo darte la luna,
pero sí acercarte a ella con mis versos.
Tal vez mis manos no alcancen
a darte todo lo que mereces,
pero verás en mis ojos el amor que te tengo.
Es probable que mis pasos
no vayan en la dirección de los tuyos,
pero mis pies sí guardarán tus huellas.
Si en el
camino se juntaran,
mis brazos imitarían a las enredaderas
para abrazarse a tu cuerpo
y mis labios buscarían los tuyos
solo para desayunar tus besos.
2 comentarios:
Es un poema precioso, amigo querido, sobretodo con ese verso final:
...mis labios buscarían los tuyos solo para desayunar tus besos
Un desayuno, sin duda, inolvidable.
Abrazos mil
:)
Muchas gracias mi más que apreciada Pilar, ¿Quién puede olvidar unos besos así? Yo no desde luego, creo que es un magnífico desayuno, verdad?
Me alegra mucho que te gustara.
Bicos.
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