El invierno empuja al otoño
para que le deje su sitio.
La esponja verde luce una capa de múltiples colores,
como un collage de naturaleza quieta
que los árboles tributan al año.
Las nubes dibujan finísimas gotas perladas a veces
como jugando a ser nieve.
Los pocos pájaros que quedan,
van amortajando sus trinos,
para colocarlos en el embalaje del silencio.
La noche cierra las persianas,
para ocupar más espacio
y la tímida luna apenas es capaz de mostrarse
por alguna grieta entre los cúmulos y nimbos,
todo arrulla hacia el letargo de los sueños.
4 comentarios:
Bien, creo que siempre vale la pena esperar tus palabras.
Este invierno que llega a ti, lo hace tímidamente, paso a paso pero de una manera hermosa.
Mi amado silencio (el sonoro y el que no lo es) suena en las líneas y es que como maravillosamente dices "todo arrulla hacia el letargo de los sueños".
¡Precioso!
Un fermoso acio do que desexes.
Muchas gracias paisana, tú como siempre, acudes fielmente a comentar mis poemas al momento de ponerlos o casi, casi. Es una tención que te agradezco amiga mía.
Me alegra mucho que encuentres ese silencio en las líneas y que te gusten mis versos.
Un acio de bicos para ti.
Me gusta el manejo del lenguaje: "amortajando sus trinos", "la noche cierra las persianas". Con él plasmas perfectamente la quietud que supone el invierno en la naturaleza. Siempre se ha asociado muerte a esta época del año.
Como en el Karma todo es necesario y así al invierno le sucederá la primavera y así...
Muchas gracias Manel, siempre es muy agradable para mí verte por aquí.
Me alegra también, que te guste el lenguaje que uso en esos versos y agradezco tus palabras tan llenas de conocimiento.
Un abrazo, compañero.
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