Prendido en el aire se quedó,
el adiós que nunca quiso ser,
el eco a lo lejos repitió,
nunca más nos volveremos a ver.
Intentando sacar al exterior,
aquel dolor que me hacía padecer,
el silencio sumergido en mi interior,
puso palabras que nunca pude entender.
En una nube de recuerdos se ancló,
nuestro velero desde el cual podíamos ver,
el discurrir de un tiempo en que gozó,
de mejor aliento para crecer y crecer.
La tormenta que después surgió,
la nave aquella hizo descender,
del naufragio nada se salvó
y hoy peno sin poderme contener.
el adiós que nunca quiso ser,
el eco a lo lejos repitió,
nunca más nos volveremos a ver.
Intentando sacar al exterior,
aquel dolor que me hacía padecer,
el silencio sumergido en mi interior,
puso palabras que nunca pude entender.
En una nube de recuerdos se ancló,
nuestro velero desde el cual podíamos ver,
el discurrir de un tiempo en que gozó,
de mejor aliento para crecer y crecer.
La tormenta que después surgió,
la nave aquella hizo descender,
del naufragio nada se salvó
y hoy peno sin poderme contener.
6 comentarios:
El desentendimiento se aposentó
en las pestañas de tus días
y poco a poco la lejanía
de todo se apoderó.
Mas no nuble la tormenta la razón
quede el entendimiento abierto
el cielo estará cubierto
pero abierto tu corazóm.
Triste, pero precioso tu poema.
Muchos bicos para ti.
Este va a ser el marinero que anda buscando mi sirena
Qué nauticos andamos todos y que descorazonados y sensibles
deb ser la llegada de la primavera
un besote Bito, que sabes que te queremos
El poema, parece un romance de esos antiguos, me encanta el sonido que lleva
Muchas gracias Duna, sabes que me gusta esa respuesta en el comentario, conformada en poema y siempre te prodigas para agradarme, gracias.
Me alegra mucho que te guste.
Un racimo de bicos para ti.
Es posible Froi, dile donde está el marinero que mañana me toca de comer pescado y a lo mejor me hace un avío.
Sí me siento imbuido por ella, aquí hace días que llegó y se nota, claro.
Muchas gracias: por quererme, por visitarme y dejarme muestra de ello con el comentario.
Me alegra que te guste.
Yo también te quiero compañera y te dejo un racimo de bicos.
Ese "adios que nunca quiso ser", queda suspendido en unos versos de naufragio y pérdida.
Parece como si la vida, la nuestra y la de todos, fuera un terrible campo de prueba donde lo bueno, la luz y las sonrisas, son lo menos frecuente.
Biquiños
Pues sí creo que tienes razón, aunque no siempre sea así, lo negativo queda más incrustado en nuestra mente y con frecuencia hace pensar en lo que pudo ser y no fue.
Muchas gracias por estar siempre ahí amiga mía.
Un acio de bicos
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